30/7/09

Potter no es un pupas




Harry Potter ha dejado de ser tan pupas. No es el niñito al que le duele la cicatriz cuando se acerca su archienemigo Voldemort -al que últimamente no le dan el tratamiento de Lord- o el eterno protegido de Albus Dumbledore -el entrañable director-. Lo constatamos en "El príncipe mestizo", la última película en cartelera basada en las novelas de J.K.Rowling. Como es propio de la pubertad, le falta decisión -por ejemplo, en las relaciones sentimentales-, y en la escuela sigue siendo mediocre en cuanto a técnica. A pesar de ello, el ya chaval tiene más aplomo y convicción en el uso de un especial encanto. Prueba de ello es el elenco que le rodea, entre los que hoy destacaremos a los mismísimos Ian Brown y Jarvis Cocker.

En efecto, Potter tiene algo que hechiza, pues junto a él hemos visto a Brown y Cocker haciendo breves intervenciones en la ficción. Ahora bien, este par tiene también mucho en común en la realidad. Veamos. Ambos, compositores. Ambos comenzaron liderando bandas. Ambos alcanzaron con ellas un éxito internacional y una enorme repecursión mediática a finales de los 80 y principios de los 90. Ambos fueron dos de las estrellas más influyentes e instigadores del panorama independiente: del Madchester y del BritPop, respectivamente. Ambos aún en activo -sus giras han pisado nuestro país al menos en el último año-. Y... ambos nunca habían trabajado antes en cine.

Después de tanta coincidencia, no sabemos si es otra más el que escojan la misma saga para participar en una película. Pensemos. ¿Por qué? No, el dinero no lo es todo -Brown cobró una cantidad pequeña e igual a la de cualquier extra-. ¿Será porqué son unos gafotas como Potter -como muestran las fotos-? ¿Será porqué son británicos? La respuesta, amigos míos -hasta aquí como cantaría Bob Dylan- es la magia. Ambos llevan años ejerciéndola. Son magos de la música. Con sus melodías han llegado a encantar. La fuerza con la que transmiten sus mensajes interactúa con los oyentes: han sobrecogido, han encogido almas, han estremecido cuerpos. A veces aportando oscuridad, otras, mucha luz... It's a kind of magic.


Tras esta breve reflexión esotérica, sólo cabe volver a la filmografía de Harry Potter. De hecho, algunos la admirarán con otros ojos sabiendo que tras unos personajes tan sumamente secundarios se hallan Ian Brown y Jarvis Cocker. Os contamos dónde y qué hacen, para que no os los perdáis.

Por un lado, Ian Brown, del que publicamos una entrada hace unos días, aparece en el "El prisionero de Azcabán", obra de Alfonso Cuarón -mexicano, como la mujer de Brown, y consagrado en Hollywood-. "Obra" en todos los sentidos: del cameo de "el Mono" por su amistad con él, y de la película por ser su director. Su nombre no figura en el reparto, pero el que fuera líder de Stone Roses lee un libro al lado de la caldera agujereada, en el callejón Diagon.

Por otro lado, en "El cáliz de fuego" tenemos a Jarvis Cocker. Él hace un papel más fidedigno: es el cantante de un grupo llamado "The Weird Sisters" en el baile de Yule en Hogwarts. También se le atribuyen tres canciones para la banda sonora original junto con Jason Buckle, quien además le acompaña en la ficción cinematográfica. De hecho, actuando bajo pseudónimos los primeros tiempos, este par formó el dueto electro Relaxed Muscle. Otro de los componentes en escena es un viejo amigo de Cocker: Steve Mackey. Mackey era el bajista de la banda de BritPop a la que nos referíamos antes: Pulp. Paralelamente, ha hecho de DJ con Cocker durante años, inclusive en numerosas ocasiones en el Razzmatazz -por cierto, nombre muy propio para ello, ¿no os parece?-.
Los otros tres miembros de las "Extrañas Hermanas" tampoco pueden pasarnos desapercibidos: son Steve Claydon -de Add N to (X), grupo de electrónica disuelto en 2003- y nada más y nada menos que Jonny Greenwood y Phil Selway, guitarra y batería de Radiohead, respectivamente.

Si la presencia de todos estos artistas no es arte de magia... ¿Qué si no?

20/7/09

Brown : poeta de nuestra esfera Tierra


Hace un año Ian Brown me sorprendió en una tarde estival del Summercase -ese festival que la crisis ha eliminado de cartel-. Sonriente, comunicativo y enérgico. -Ni con pose chulesca ni con pinta de salud frágil como aparece en la mayoría de fotos.- Supo crear un clima de armonía en el que parecía un niño disfrutando y queriendo compartir su alegría. Y lo hizo transmitiendo su música, de una atmósfera envolvente y cálida.

Brown, apodado el Rey Mono -Mono por el primate, no por bello-, fue una figura legendaria del Madchester. A raíz de eso, una inspiración para muchos artistas. -La devoción de los Gallagher hacia él no sólo se plasma en el peinado-. A algunos os sonará más si me refiero a él como el cantante de Stone Roses. Junto a un guitarrista de la talla de John Squire -al que tuve la suerte de ver con su grupo The Seahorses, el batería Reni y el bajista Mani -actual miembro de Primal Scream aunque otras muchas bandas le reclamaron- forjaron himnos como "Waterfalls" o "Love spreads". Sonada también fue la batalla con su discográfica, hasta que ficharon por Geffen Records -la que Nirvana tenía por aquél entonces-, pero eso es harina de otro costal.

Evoco aquel atardecer y propongo "Music at the spheres", Polydor Records, 2001. Como curiosidad, el álbum incorpora una canción en castellano que cantó en el concierto, así como "Forever and a day" o "F.E.A.R.". Este último tema incorpora samples de dos paraísos: "Gangsta's Paradise" de Coolio y "Pastime Paradise" de Steve Wonder. Más allá, la peculiaridad es la composición de su letra: se trata de un acróstico. Es decir, cada verso comienza con una de las siglas del susodicho título, tal que va creando la palabra fear (miedo, en castellano). Concretamente, cada verso es un acrónimo que va tomando forma de miedo. El propio Ian cuenta que se inspiró en la autobiografía de Malcom X, quien promovía el estudio de la etimología como forma de controlar a la gente a través del uso del lenguaje.