

Con un solo disco, Dummy (1994), Portishead consiguieron estar en lo más alto. Ellos, aunque detractores de lo que consideran una terminología de prensa, el género llamado Trip hop, hicieron de Bristol un lugar legendario. Junto con Massive Attack y, más tarde, al volar el pájaro del nido "masivo", junto con Tricky. Quien haya estado en Bristol sabrá que es una ciudad tranquila y aunque su escena cultural está en constante ebullición, parece estar suficientemente sosegada como para llevar el trajín de ser el punto de mira de la industria musical.
Efectivamente, esto demuestra que Portishead son oriundos del lugar: se han tomado ni más ni menos que diez años de retiro hasta su reaparición este mismo año... ¡Y menuda reaparición!. Será por ello que el escenario RockDeLux del Primavera Sound estaba a reventar.
El nuevo disco, Third, de título representativo por ser su tercer álbum, si bien se aleja de aquéllo que los medios catalogaron como el Sonido de Bristol y se acerca a la electrónica, lo que está claro que el público lo disfrutó también. Lo cual es aún más positivo si consideramos que sólo nos han dado un mes desde su publicación para poder escuchar los nuevos temas (y algunos, hasta empollarlos).
Al principio del concierto, pensé, Roads, Numb, Wandering Star y Mysterions serán "para flipar". Me quedé corto. No sé si debido a la proximidad al escenario, pero a mi alrededor todos se sabían la letra. Y eran españoles, nada de guiris.
Hubo un momento en que Geoff Barrows dejó sus percusiones varias y tomó prestado el bajo de uno de los músicos de apoyo. A continuación, dicho bajista salió del escenario con el resto de miembros de soporte. Beth Gibbons, la cantante, y Adrian Utley, el guitarrista (dicho así para simplificar), se acercaron a Barrows. Y los tres miembros de Portishead, solos, casi en corro, alumbrados en esta ocasión sin parafernalias, crearon un momento de envolvente simplicidad y de cálida y cómoda atmósfera. Y cual concierto íntimo, nos deleitaron con Glory Box. Se nos puso la "gallina de piel". ¡Era tan sencillo y tan genial al mismo tiempo!. Por si les faltaba por ganarse a algún espectador, creo que este momento, al que los de los 40Principales denominarían "Básico", fue definitivo.
Además, con Glory Box oía corear un nítido "Give me a reason to love you"... las chicas de mi lado se estremecían como Beth Gibbons. "I just wanna be... a woman" seguían. Era demasiado difícil estar indiferente a tal descargarga de sensualidad. Pura emoción al desnudo.
Por otro lado, no sólo gustó el concierto en sí, pues el montaje de luces era muy impactante así como el audiovisual. En el telón de fondo se proyectaban básicamente imágenes a tiempo real desde distintos planos del escenario. Tomadas de cada uno de los artistas. A veces, hasta una misma imagen confrontada o encarada. Espectacular.
Con algunos de estos primeros planos de Beth Gibbons, me fijé en que, con esa voz y esa sensibilidad que le ha merecido tanto éxito, pudiendo ir de diva, es una mujer de apariencia y maneras absolutamente normal. Iba de un riguroso negro, como siempre, y sin ataviarse demasiado. Y aunque su rostro y su figura reflejan sus 43 años, estaba sencilla, bien. Simplemente, encandila.
Durante la hora de su actuación en el festival, tocaron todos los temazos habidos y por haber. Y la descarga de emociones fue tan bilateral, que Beth Gibbons, enemiga de conceder entrevistas ni sesiones de fotos, se quitó el micro y, ni corta ni perezosa, bajó abajo. Sonriendo, daba manos por doquier a los afortundos de la primera fila. Subió pletórica y, con unas palabras amables, Portishead se esfumó tras la cortina. Ojalá no pasen diez años más hasta su próxima gira.
2 comentarios:
Lennie.... felicitats pel blog!
A seguir-lo disfrutant!
Salut!
Gràcies!! A gaudir-lo tots ; )
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